Estás a punto de dar una presentación en la escuela. A cinco minutos de tu turno, comienzas a imaginarte lo peor y dialogas contigo mismo: "Qué pasa si me tropiezo", "Todos me van a estar viendo", "Y si al final me preguntan algo difícil?".
O qué tal cuando te le vas a declarar a la persona que te quieres? "Si tiene novio(a), que hago?", "Si me rechaza, me voy a deprimir", "Seré lo suficiente bueno(a) para me haga caso?", etc.
Generalmente, el diálogo interno no es bueno. Pensamos en los peores escenarios, nos preocupamos de más y nos arrepentimos de lo que debimos o no debimos haber hecho.
Aquí te paso una sencilla técnica para detener el diálogo interno instantáneamente:
Con tu lengua, toca la parte interior de tus dientes frontales.
Al ocupar la lengua, la parte del cerebro que se encarga de las funciones lingüísticas se bloquea. De hecho, te darás cuenta que es muy difícil generar diálogo interno aunque lo intentes.
Esta técnica la uso personalmente y es bastante efectiva, pruébala!
O qué tal cuando te le vas a declarar a la persona que te quieres? "Si tiene novio(a), que hago?", "Si me rechaza, me voy a deprimir", "Seré lo suficiente bueno(a) para me haga caso?", etc.
Generalmente, el diálogo interno no es bueno. Pensamos en los peores escenarios, nos preocupamos de más y nos arrepentimos de lo que debimos o no debimos haber hecho.
Aquí te paso una sencilla técnica para detener el diálogo interno instantáneamente:
Con tu lengua, toca la parte interior de tus dientes frontales.
Al ocupar la lengua, la parte del cerebro que se encarga de las funciones lingüísticas se bloquea. De hecho, te darás cuenta que es muy difícil generar diálogo interno aunque lo intentes.
Esta técnica la uso personalmente y es bastante efectiva, pruébala!